En 1845 se aprobó el proyecto de un faro que sirviera como luz de recalada para el puerto de Barcelona y que señalizara los peligrosos bajos de la desembocadura del Llobregat. Se propone un cambio de emplazamiento para situarlo en la margen derecha del río y no en la punta más saliente al este, llamada Podrida, pero ante la dificultad de realizar una sólida cimentación por lo blando del terreno, indican la conveniencia de construir una torre de hierro como las del Delta. Sin embargo, la Comisión de Faros, acuerda hacerla de piedra, utilizando como soporte una antigua torre que se utilizó para encender fuegos para señalizar los bajos, y se inaugura en 1852, provisto de un aparato catadióptrico giratorio de 2º orden, con una característica de luz blanca con eclipses de 30" en 30" visible hasta una distancia de 18 millas. En 1903 se decretó suprimirlo y reemplazarlo por uno nuevo a construir en Montjuïc. Finalmente, en 1928, se decide mantenerlo, disminuyéndole la importancia y automatizarlo con una instalación de acetileno. Por causa de la guerra, no se realizó la adaptación aprobada. En 1914 entró en servicio una instalación de incandescencia por vapor de petróleo a presión que le hizo aumentar la potencia luminosa, dándole un alcance de 25 millas para los destellos y 15 para la luz fija. Se inauguran, en 1956, unas nuevas linterna y óptica aeromarítimas, quedando la apariencia en destellos equidistantes repetidos cada 5" y 23 millas de alcance nominal. La electrificación se completó en 1961. En 1969 se instaló un radiofaro y En 1986 se automatizó e instaló una luz de emergencia.