El faro de Sa Mola nace con el Proyecto de Mejora de las Señales Marítimas de España aprobado en 1967. Se le estableció un alcance de 18 millas y apariencia de grupos de uno y tres destellos blancos. Realizadas las obras y superados algunos obstáculos derivados de la ocupación de los terrenos, la instalación entró definitivamente en servicio en 1974. Está dotado de una linterna no visitable, una óptica de horizonte y una instalación eléctrica con reserva de acetileno. La construcción se encuentra dentro de una pequeña parcela, sobre un acusado promontorio cortado a pico.