Como faro de recalada, en 1862 se inauguró el faro de Lequeitio, situado sobre un acantilado del cabo de Santa Catalina, en cuya altura se alza una capilla que le da nombre y le identifica. Tenía característica de luz fija roja, suministrada por un aparato óptico de 5º orden. La lámpara original era de aceite, sustituida posteriormente por una de petróleo. En 1935 se enciende una instalación de acetileno, manteniendo linterna y óptica, cambiando la característica a la de destellos blancos cada 4" y aumentándose el alcance a 12 millas. En 1956 se instala una sirena eléctrica, con 6 millas de alcance. En 1957 se electrifica totalmente el faro, modificando también la óptica y la linterna y recreciendo la torre para obtener un mayor alcance. Por su ubicación N, y por el monte que le respalda, es húmedo y frío, alcanzándole los rociones de las olas con mal tiempo. Desde la puerta del edificio hay que subir 80 peldaños para salvar el desnivel que existe, con una carretera que dista 1,5 km del pueblo.